jueves, 13 de junio de 2013

Carreteras de Cristal

Nuestra vida es como una gigantesca carretera, por la que avanzamos sin poder pararnos, ni acelerar. Son carreteras hechas de cristal, lo que nos permite ver las demás carreteras de todos los que están a nuestro alrededor. Sin embargo estas carreteras tienen una peculiaridad: somos nosotros los que dibujamos y borramos nuestra propia carretera, y decidimos con que otras carreteras queremos que se cruce, que se corte, que se una, y que se separe. Cada uno de esos cruces son a los que llamamos "contactos" con otras personas. y pueden ser tan largos que las carreteras se junten en una, o tan cortos que solo existen para que sus coches se choquen.
Y a todo esto, la pregunta es "¿y los coches?" una carretera no sirve de nada si no tiene coches o vehículos que circulen por ella. Pues ahí está el dilema: el trazado de nuestra vida, todo lo que hacemos, sentimos, y pensamos está hecho de asfalto, desde nuestro punto de vista. Desde el de los demás, son coches que de alguna manera inciden sobre sus propias carreteras. Por lo que cada cosa que pensamos, decimos o hacemos es como un coche que va en una dirección u otra, y de alguna manera, contribuye a que sigamos dibujando nuestra propia carretera.

Esta es la moraleja: "todo lo que hagas, pienses o digas, ESCRIBIRÁ tu vida, y CAMBIARÁ la de los demás". Dejo a vuestro gusto la elección de cómo queremos que se lea nuestra vida, y como queremos dibujar la de los demás

sábado, 8 de junio de 2013

Blanco y Negro

     Existe un tipo de pensamiento, según el cual las cosas son blancas o negras, pero no grises, las cosas están bien o mal, pero no dan igual. El pensamiento categórico se basa en hacer una clasificación de las cosas en dos ficheros posibles, uno para las cosas que son "algo" y otro para las cosas que "no son algo" En general este pensamiento tiene bastante mala prensa, ya que se asocia a ideales extremistas o poco liberales, sin embargo, es un pensamiento tan válido como cualquier otro. Las cosas siempre son algo, (porque si no no serían nada y lo que no es nada no existe) las cosas que no cumplen con esa característica o que no son ese "algo" se considera que son "no algo" englobando con ello todas las cosas que dentro de ese ámbito serían grises o negras.
   
 Por ejemplo: los colores (por no repetir el de la política) vamos a poner que "algo" en este caso es el color rojo, según el pensamiento categórico, el color rojo se correspondería con el "blanco" y todos los colores que no son el rojo, se corresponderían con el negro. Porque si buscamos en una paleta el color rojo, según el pensamiento categórico, ¿de qué nos sirve toda una escala de colores que no son rojos (incluso el rosa y el granate)?

Este fenómeno se manifiesta diariamente en la sociedad: en la mayoría de edad no existen grises, existen mayores de 18 y menores de 18, sin intermedios. En la hora pueden ser más de las dos o menos de las dos, o incluso las dos en punto (durante una infinitésima de segundo) pero tampoco hay intermedios. En todo lo que es objetivo, solo existe el pensamiento categórico

miércoles, 5 de junio de 2013

La Vida de Pi

     Viendo esta película escuché una cita que me llamó bastante la atención "la vida es una sucesión de pérdidas,  pero lo que nos dueles es no tener tiempo para las despedidas" Aunque la visión que aporta es bastante negativa, no se le puede negar que tiene toda la razón. Con todo ello, siempre se pueden encontrar mejores maneras de expresarlo. 
     El primer análisis en profundidad sugiere una idea del escritor Albert Espinosa "las pérdidas pueden ser ganancias" dado que todo lo que pierdes implica que ganes otra cosa, por mala que sea (por ejemplo perder un partido de fútbol es ganar en experiencia, ganar una derrota que contar algún día...) y todo lo que implica ganar o perder tiene un nombre: decisiones (elegir una alternativa u otra) implica ganar una alternativa a costa de perder la otra cuando las dos son, de algún modo "enriquecedoras" (para entender esto es mejor no basarse en los ejemplos que pone la propia película, que son bastante tristes) por lo que la cita se transformaría en algo así: "la vida es una sucesión de decisiones, lo que nos duele es no tener tiempo para las despedidas"
     El segundo punto a tratar es la otra mitad de la cita: las despedidas. Las despedidas son, de un modo u otro, formas de expresar en poco tiempo lo que hubiera pasado si no hubiera hecho falta despedirse. (Claro ejemplo de esto en los enamorados, que manifiestan al despedirse lo que se querrían si pudieran quedarse juntos) Esto aplicado a las decisiones se explica como la capacidad de ver lo que pasaría si eligiéramos la otra opción, es decir, si pudiéramos prever qué iba a pasar en función de cual eligiéramos.


“La vida es una sucesión de decisiones, pero lo que nos duele, es no saber nunca cómo hubiera sido la otra alternativa”

                        -π, pensador y aventurero de películas indio-

martes, 4 de junio de 2013

Idea de Ideales

      Como el título del blog sugiere, tengo la teoría de que existen determinadas ideas que determinan y engloban a un conjunto de ideales. Los ejemplos más claros están en la política, pero si lo pensamos, toda nuestra vida está determinado por este tipo de ideas, a las que, a mi parecer, también llamamos "sentimientos"
      La idea del amor, por ejemplo: cuando se experimenta el sentimiento de amor por una persona, la idea no toma más partido que el meramente representativo. Estamos enamorados, y punto. Sin embargo esta idea desarrolla una infinidad de ideales, el primero de ellos el ideal del romanticismo, el de buscar "esa sensación de películas" en el que todo nos parece bonito, y en el que todo lo que hacemos por el otro es bonito. Otros ideales que se desatan por el amor son los celos, el sentimiento de propiedad y la idealización de la persona amada.
      Pues eso pretendo encontrar yo, la respuesta a todas las preguntas, el valor que englobe todas las virtudes, el "summum bonum" de la ética, la idea que determine todos los ideales. 

La Influencia

Como todo en esta vida, se nos presentan dos extremos: tener demasiada personalidad y ser intransigente a lo que los demás opinan, y llevarnos por las tendencias como un barco a la deriva. Respecto a la no-influencia, opino que más vale que sobre que no que falte. Pero todo tiene un límite:
     "Podría decirse que cada persona es, ya que he puesto el ejemplo antes, un barco. Durante su infancia, el barco permanece en el puerto, donde va cargándose de influencias que vienen de sus padres, sus amigos, sus profesores... y que determinan, a la hora de zarpar, el tipo de barco que es: puede ser un barco encargado de llevar el bien a los demás, o de lograr el éxito el solo, puede o no pertenecer a una flota... Una vez que el barco zarpa, en el proceso de cambio entre la infancia y la madurez (la adolescencia) los marineros van organizando todo lo que se ha cargado en las bodegas, y deciden qué influencias son aceptadas y cuales se tiran al mar, a la vez que, en la proximidad de tierra firme, otros barcos que acaban de zarpar, otros adolescentes, pueden intercambiar con él opiniones e influencias, que también serán organizadas según se disponga."
      Hasta aquí la etapa de aprendizaje de cada uno. Ahora llega la madurez. Cuando ya lo hemos asimilado todo (en algunos casos puede darse el caso de que ya se asimile todo en la adolescencia) normalmente tendemos a cerrarnos a las nuevas influencias, y a transmitir las que ya tenemos. Sin embargo éste es el extremo al que no conviene llegar. Lo mejor es conservar nuestras propias influencias, sabiendo además que más allá de nuestros barcos existen otras influencias distintas, pero además, enriqueciéndonos con ellas. Nunca es tarde para sacar de la bodega aquella vieja caja de influencias si consideramos que una caja nueva, con ideas nuevas, puede sernos más útil en el lugar hacia
el que vamos todos: la sociedad.

lunes, 3 de junio de 2013

La protección no siempre se basa en proximidad

Nuestra primera reacción cuando queremos proteger algo de cualquier otra cosa, es la de abrazarnos a ello para tanto transmitir seguridad como para que el propio gesto nos transmita a nosotros la idea de estar ofreciendo seguridad. Y es cierto que los abrazos reciben el sobre nombre de "gesto protector" literariamente hablando. Son embargo, dentro de nuestra vida, nuestro reloj corporal tiene tanto momentos de consciencia en los que los abrazos pueden resultar una buena medida como momentos de inconsciencia. Y en esos otros momentos... ¿Qué pasa con los abrazos? Un abrazo solo tiene sentido si quien lo da es consciente de que lo está dando, y para qué lo está dando, en situaciones de inconsciencia, los resultados pueden ser desastrosos: empezando por que el abrazo sea falso, falto de intereses de protección, y que nuestro interés protector derive hacia otros menesteres, probad a dormir abrazados a un peluche. Cuando despertéis, buscadlo, porque probablemente e abrazo haya derivado ya en muerte por aplastamiento. A veces, vale más dejar algo en libertad, si eso le da más seguridad, que sumir el riesgo de que tú seas quien le haga daño.

sábado, 1 de junio de 2013

El Poder

¿Qué es eso que tantas veces deseamos tener, que tantas veces envidiamos de los demás? El Poder es la capacidad que tiene cada persona para cumplir sus objetivos. Normalmente nosotros lo asociamos al control que tienen sobre los demás, pero eso solo son efectos secundarios. Un claro ejemplo: el Gobierno. El gobierno tiene mucho poder porque lo que él dicta lo realiza toda la población, y sean cuales sean sus objetivos, con todo un estado trabajando por cumplirlos, éstos, finalmente, se realizan. Claro que si los objetivos son excesivos o están fuera del alcance de quien quiere realizarlos, una de dos: o hay que cambiar de objetivos, o hay que conseguir poder. A veces, es posible que cualquier ciudadano de a pie, tenga mucho más poder en su vida que todos los gobiernos en sus estados. El poder no es una medida absoluta, es la relación (relativa) entre los medios, y los fines, a más medios y menos fines, mayor resulta la relación y consecuentemente mayor es el poder de la persona, si, por el contrario tenemos demasiados objetivos y muy pocos medios, carecemos de poder suficiente para cumplirlos todos. El poder no se basa en el control, sino en la búsqueda de metas alcanzables.