jueves, 30 de mayo de 2013

La Fragilidad de un sueño

Nuestra vida es una serie de éxitos y decepciones. Es increíble pensar cuántas veces esperamos algo con un ansia increíble y éste acaba decepcionándonos. Repartimos todas nuestras ilusiones entre una serie de sueños que nos marcamos como objetivos, sin embargo, a la hora de la verdad, para que un objetivo se realice, hacen falta una serie de factores. Cuantos más sean los factores, más probabilidades habrá de que uno de éstos fallen y todo el objetivo se derrumbe. Y con él, todas nuestras ilusiones, una gigantesca torre de ilusiones, hecha de piezas, cada una con el nombre de todos los motivos que nos lleva a construir la propia torre.
Y es entonces cuando aparece la decisión, el deber de decidir qué hacer con esas piezas que han quedado desparramadas, por los suelos, junto a nuestro ánimo. El primer impulso es el de hundirnos con ellas en el mar de desesperación que entonces nos inunda, pero quien aspira de verdad a alcanzar el éxito, no se hunde entre los restos de su navío. Quien aspira al éxito, construye una balsa, una balsa para encontrar de nuevo un lugar en el que construir una nueva torre, otra torre hasta sus sueños, hecha de ilusiones...

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